Las aventuras de Fray Servando. El sermón Guadalupano





Nueva España. 1794. Se acercaba la fecha de los 263 años de las apariciones de la Virgen de Guadalupe a Juan Diego en el cerro del Tepeyac y eso había que celebrarlo. El entonces obispo Alonso Nuñez de Haro sabía que el fraile dominicano Fray Servando Teresa de Mier era un excelente orador. Tal vez el mejor de la Ciudad de México. Fue entonces cuando al obispo se le ocurrió pedirle a Servando que pronunciara un sermón Guadalupano en presencia del Virrey Miguel de la Grúa Talamanca y de varios miembros de la Real Audiencia de la Nueva España para conmemorar tan importante hecho en la historia del cristianismo en el Virreinato. 

Fray Servando aceptó con gusto la encomienda, aunque olvidó informarle al obispo que él tenía ¨otros datos¨. Al ser un hombre de pensamiento sumamente alucinante, el fraile estaba muy en contra de la presencia de los españoles en tierras americanas. Al parecer, un abogado de nombre José Ignacio Borunda había escrito una loquísima Clave Historial (al más puro estilo del Libro de Mormon) que llegó a manos de Fray Servando y le sirvió como inspiración para dar el sermón en honor a la Virgen.



Fray Servando pronunció su famoso sermón el 12 de Diciembre de 1794. Dicen que dijo:

"Guadalupe no está pintada en la tilma de Juan Diego sino en la capa de Santo Tomás (conocido por los indios como Quetzalcoatl) y apóstol de este reino. Mil setecientos cincuenta años antes del presente, la imagen de Nuestra señora de Guadalupe ya era muy célebre y adorada por los indios aztecas que eran cristianos, en la cima plana de esta sierra del Tenayuca, donde le erigió templo y la colocó Santo Tomás
Yo haré ver que la historia de Guadalupe incluye y contiene la historia de la antigua Tonantzin, con su pelo y su lana, lo que no se ha advertido por estar su historia dispersa en los escritores de las antigüedades mexicanas".

Según Fray Servando, cuando Jesús dijo a sus apóstoles ¨Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura¨ (Marcos 16:15) ese ¨todo el mundo¨ incluía la importantísima region de las Américas a la cual Fray Servando orgullosamente pertenecía. Obediente, el apostol Tomás se subió a una lancha que lo llevó hasta las columnas de Hércules que marcaban el fin del Mediterráneo, y cruzó el Atlántico poco tiempo después de la crucifixión de Jesús con la finalidad de traer el evangelio a nuestras tierras mexicanas. 

Tomás traía consigo una capa donde de manera milagrosa apareció la imagen de la Virgen de Guadalupe. Cuando el misionero llegó a tierras mexicanas, los indígenas aceptaron rápidamente el cristianismo. Además pusieron otro nombre al apostol Tomás: fue conocido en estas tierras como Quetzalcoatl. 




¿No estaban las pruebas de esto en todos lados? Borunda había encontrado evidencia de esa tesis en codices yucatecos, garabatos zapotecas, piedras toltecas... incluso en el Codigo general de jeroglíficos mexicanos... 

¿Y la historia de Juan Diego? ¡Pamplinas! Todo eso había sido una invención de los españoles para poder justificar su presencia en tierras americanas. Ahora resultaba que había que agradecerles a ellos el haberle traído el cristianismo a los indígenas. 


Una semana después de haber sido pronunciado el sermón, el arzobispo Núñez de Haro (quién decía Fray Servando "sentía aversión por todo lo criollo", como él) acusó de herejía y blasfemia al fraile ante el Santo Oficio. Al pobre abuelo de la patria se le excomulgó, se envío a prisión, se le despojó de sus libros y fue condenado a diez años de exilio en España.


Pero eso es parte de otra historia y sólamente el incio de sus aventuras...







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