Magia y ciencia. Alquimistas del Mundo; ¡uníos!



Robert Boyle es considerado uno de los padres de la química moderna y uno de los fundadores del método experimental. La aportación a la ciencia por la que es más conocido es la ley que lleva su nombre. La ley de Boyle es aquella que nos da la relación de proporción inversa entre la presión y volumen de un gas a temperatura constante. Boyle fue tambien uno de los miembros fundadores de una de las comunidades científicas más importantes de todos los tiempos: La Royal Society.

En 1661 fue publicado por Boyle un libro llamado El Químico Esceptico, considerado uno de los libros fundamentales en los origenes de la química moderna. A más de 300 años de su publicación, el libro es recordado más por lo que a muchos les gustaría que fuera que por lo que realmente es. Desde la Edad Media hasta la época en la que Robert Boyle vivió, la palabra Alquimia y la palabra Química eran fundamentalmente sinónimos. Algunas décadas después de la muerte de Boyle, la palabra alquimia comenzó a ser utilizada para denunciar la práctica de muchos charlatanes que clamaban haber fabricado oro en sus laboratorios. La palabra química, no obstante, no sufrió ninguna campaña de desprestigio. 


En el siglo XIX, cuando la química estaba adoptando la forma que tiene hoy en día, los practicantes de dicha disciplina comenzaron a buscar sus origenes en fuentes históricas. Cuando encontraron el libro de Boyle, con su sugestivo título, tenían todos los elementos para inventarse un momento de la historia que les venía como anillo al dedo; el momento en el que un heróico y científico Robert Boyle, denunciaba una serie de prácticas obscuras y pre-científicas en forma de alquimia. 

No obstante, de todos los que intentaron leer el oscuro y confuso tratado de Boyle, fueron pocos los que lograron entender algo. Sobre el tema se guardo un misterioso silencio durante casi un siglo. Fue hasta la década de los 1990s que alguien contó con todas las herramientas y apertura de mente para poder entenderlo. Lawrence Principe es historiador de la ciencia, y también estudió química. Al investigar el texto, junto con la vida, la correspondencia, la época y la mente de Boyle pudo descifrar de qué se trataba. Lo que Boyle intentaba era encontrar la forma de transmutar los metales en oro; es decir, pura alquimia. Boyle era nada menos que un alquimista, y en su libro estaba buscando reclutar a una élite de los mejores alquimistas del mundo para que pudieran ayudarle en su empresa de fabricar oro. De forma oculta Boyle había escrito: Alquimistas del Mundo, ¡Uníos!


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