Mundo submarino 1. Recuerdos fotográficos de Playa del Carmen
Después de terminar mis estudios de maestría decidí tomarme un año sabático para pensar qué es lo que iba a hacer después. Parte de ese tiempo lo pasé trabajando en Playa del Carmen, con el objetivo de poder quedarme un tiempo en ese lugar para poder certificarme en buceo recreativo. Fue una época sumamente productiva y divertida de mi vida.
Durante mucho tiempo me sentí atraído hacia la idea de bucear, aunque la verdad me parecía algo un poco extremo y me daba un poco de miedo. Poco a poco, varios conocidos que habían estudiado un poco al respecto me fueron vendiendo la idea de que quizá no era demasiado arriesgado. Después de todo, pensé, soy bastante acuático y desde chico mi papá y mis tíos me habían enseñado a snorkelear muy bien. A lo mejor si no iba demasiado profundo y comenzaba paso a paso, la experiencia podría ser muy placentera.
Cada uno debe encontrar los pretextos para justificar el llamado a hacer algo. En mi caso, creo que el buceo siempre fue algo que estuvo presente aunque tuve que esperar el momento apropiado para poder acercarme a él. Mi papá estudió hidrobiología por lo que estaba familiarizado con el buceo, aunque por una cuestión fisiológica él mismo nunca pudo bucear demasiado. Cuando le conté de mi inquietud por la aventura me puso en contacto una amiga suya de la Universiad que vive en la riviera maya y que quizá pudiera ayudarme a iniciarme en el buceo. Por otro lado, una querida amiga mía de la preparatoria que estaba viviendo y trabajando en Playa me animó encarecidamente a al menos intentarlo. Me ofreció con gusto hospedaje y después, cuando decidí quedarme, me ayudó a conseguir casa, empleo y me llevó a conocer lugares increíbles. Al parecer la providencia me estaba diciendo a gritos que debía aventarme un panzazo a lo desconocido. Sin pensarlo demasiado, que creo que es como deben hacerse este tipo de cosas, agarré mis chivas y me lancé a Playa.
La amiga de mi padre acabó siendo toda una institución en el buceo, y sobre todo una gran conocedora de toda la región. Por cuestiones de logística no fue ella quien me entrenó, pero me puso en contacto con quienes terminaron siendo mis maestros de buceo y después mis amigos.
El buceo resultó ser una actividad que superó, pero por mucho, mis expectativas. Desde mis primeras inmersiones, me di cuenta de que sería una cosa que había llegado a mi vida para quedarse. Lamentablemente ahora no vivo tan cerca de lugares donde pueda practicar el buceo tan seguido como me gustaría. No obstante, estoy convencido de que es una cosa que seguiré practicando hasta que el cuerpo y la mente me lo permitan.
Recuerdo que después de un par de entrenamientos muy básicos en una alberquita que nos prestaba un hotel de Playa, mis maestros me dijeron que ya estaba listo para probar en el mar. Me arrepiento de haber pensado en ese momento de que era demasiado pronto. Creo que cada quien debe vivir su propia experiencia, pero si puedo hacer una recomendación a alguien que quiera probar el buceo es la siguiente: no se claven demasiado en la teoría ni en las prácticas en albercas. Anímense e intenten ir lo más pronto posible a la verdadera experiencia ya sea en el mar, un cenote, una laguna, un río, etc. Soy de la filosofía que a bucear se aprende buceando en las condiciones en donde uno quiere ir a explorar.
Recuerdo que después de un par de entrenamientos muy básicos en una alberquita que nos prestaba un hotel de Playa, mis maestros me dijeron que ya estaba listo para probar en el mar. Me arrepiento de haber pensado en ese momento de que era demasiado pronto. Creo que cada quien debe vivir su propia experiencia, pero si puedo hacer una recomendación a alguien que quiera probar el buceo es la siguiente: no se claven demasiado en la teoría ni en las prácticas en albercas. Anímense e intenten ir lo más pronto posible a la verdadera experiencia ya sea en el mar, un cenote, una laguna, un río, etc. Soy de la filosofía que a bucear se aprende buceando en las condiciones en donde uno quiere ir a explorar.
La gran mayoría de las fotografías que pude tomar durante mis primeras experiencias en buceo se habían quedado en una computadora anterior que lamentablemente se descompuso y de la cual nunca pude recuperar mucho de lo que se quedó ahí. Lo que más me dolió fue perder muchas de mis fotos.
Pero el destino siempre es bromista y bondadoso ¿A poco no? No recordaba que en algún momento había hecho algunos respaldos en discos compactos por si las moscas. Buscando entre archivos viejos en estos tiempos de cuarentena, encontré muchas de esas fotos de mis primeras experiencias en el mundo submarino. Espero poder transmitir, aunque sea de modo parcial, algunas de las sensaciones que pueden tenerse practicando esta disciplina y animarlos a que lo prueben en cuanto tengan oportunidad.
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