Newton el Detective. Gran Final.
(Continúa de parte 3)
Todos los elementos estaban en contra de Chaloner. Newton había amenazado a sus cómplices infiltrados para que lo delataran ante las autoridades. Eran ellos o Chaloner quienes morirían ahorcados. Ellos decidían.
Chaloner fue detenido en Octubre de 1697. A pesar de que había un gran número de acusasiones en su contra, ninguna de ellas contaba con una prueba definitiva. Chaloner era un verdadero genio para actuar sin dejar huella.
Una vez encerrado, Chaloner argumentó que en efecto, había estado ocultandole información a las autoridades pero todo fue por un bien mayor. Tenía toda una serie de pruebas de que los falsificadores estaban infiltrados en la Casa de Moneda. Comenzó a delatar, presentando pruebas, de las actividades ilícitas de muchos de los que habían sido sus complices. Si no había revelado los nombres, es porque esperaba a tener el momento oportuno y temía que su plan de detener a la red de falsificadores se viniera abajo.
Pero ¿Y todas las denuncias en su contra? ¿De donde procedían? ¿Quien sospechaba de él si no tenía nada que ver?
- Todo se trata de una venganza personal en mi contra, acusó Chaloner.
Segun el acusado alguien en la Casa de Moneda había orquestado un complot en su contra. Alguien que lo odiaba, que estaba celoso de su capacidad de hacer más por la seguridad de la moneda de Inglaterra que él mismo. Un personaje que encarnaba la ineficiencia, la corrupción y la podredumbre en que se encontraba la Real Casa de Moneda: El señor Isaac Newton.
Al haber aportado tanta información contra la red de infiltrados en la Casa de Moneda y con ninguna prueba definitiva en su contra, Chaloner fue liberado de prisión, liberandose al mismo tiempo la furia de Newton.
Chaloner había traicionado a todos sus contactos y sabía que estaba bajo la mira de las autoridades. Pero no era eso lo que más temía. Lo que lo hacía temblar es que sabía que tenía como enemigo a la mente más brillante de Inglaterra.
Sin embargo, el falsificador no sabía ganarse la vida de forma honrada. Tuvo que hacer un último intento de regresar a la falsificación, esta vez lejos de la mirada de sus enemigos. Intentó hacer uso de su genio una vez más en el arte de la falsificación. Y ese sería su fin.
Después de la guerra con Francia, Inglaterra había decretado un impuesto sobre la malta para poder recuperarse de los gastos del enfrentamiento. A los comerciantes de malta se les permitió entonces organizar una lotería para poder asimismo recuperarse del impuesto. Los billetes de lotería tenían una medalla de cobre que daba fe y legalidad al concurso. Chaloner había burlado por años a la Real Casa de Moneda por lo que pensó que falsificar los billetes de la lotería sería pan comido.
Antes del sorteo, Chaloner logró conseguir una copia del formato de los billetes y de los medallones de cobre. Tal como pensó, la falsificación era un regalo.
Un regalo que estaba firmado por Isaac Newton.
Un regalo que estaba firmado por Isaac Newton.
El Guardian había pagado a todos los contactos de Chaloner para conseguir el material para la falsificación de los billetes de lotería. Mientras tanto había conseguido más confesiones y pruebas en contra de su enemigo. Existen incluso acusaciones por parte del Guardian que dicen que Chaloner había falsificado "más de 100 monedas en dos diferentes metales en un solo día". Cosa que solo Newton y Chaloner sabían que era imposible.
Chaloner no pudo defenderse en esta ocasión. Su única oportunidad de no morir ahorcado era recibir el perdón de Newton. En el final de una carta de Chaloner a Newton fechada el 3 de marzo de 1699 dice:
"Oh Dios, que seré asesinado a menos que usted me salve, Oh Dios, que espero poder mover su corazón con misericordia y piedad para que haga usted algo por mi.
Su casi asesinado y humilde servidor W. Chaloner"
Newton nunca contestó la carta.
En el último juicio en su contra, Chaloner argumentó que nunca había podido falsificar la medalla de cobre de los billetes. El 22 de Marzo de 1699 Newton se levantó a ver su correspondencia. Llamó la atención ver un sobre firmado por Chaloner. Con temblor en sus manos, Newton sacó un billete de la lotería de la malta con una medalla de cobre. La falsificación era perfecta. Newton sonrió. Chaloner murió ahorcado ese mismo día, acusado de alta traición a la Corona de Inglaterra.
Newton fue ascendido a Maestro de la Casa de Moneda y poco después a Presidente de la Royal Society. En 1705 fue nombrado Caballero por la Corona Británica. Murió de 84 años y su memoria perdura hasta nuestros días, aunque no completa. Siempre conservó el billete de la lotería.
FIN
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