Viaje a Tierra Santa 14. Petra.



Continúa de Parte 13.

Después de varios días intensos, de mucha reflexión y aprendizaje, mi viaje por Tierra Santa iba llegando a su final. Roger me había recomendado desde mi llegada reservar algo de tiempo y dinero, ya que valía la pena visitar un lugar al que hacía poco que él había ido; Petra. Yo había pensado en la posibilidad de visitar Petra desde el inicio del viaje, así que tuve que decidir entre visitar Galilea y Nazaret o las ruinas... Elegí ir al sur.

Tomé un autobús cuya ruta pasaba a las orillas del Mar Muerto y arribaba a la parte más austral de Israel. Llegué después de unas horas a una pequeña ciudad llamada Eilat, que posee un puerto en el llamado Golfo de Aqaba que sale al Mar Rojo. La ciudad es además frontera con Jordania. Crucé sin problemas y tuve que abordar todavía un par de autobuses y taxis que me llevaron a un pueblo llamado Wadi Musa. Me hospedé en un hotel local muy económico en una habitación sencilla. Salí a comer algo y a reconocer el camino para llegar a la entrada de la antigua ciudad de los Nabateos.

Me habían recomendado tratar de no llegar a las ruinas más allá de las 8 de la mañana, ya que más tarde el calor se vuelve duro, además de que ciertos lugares dentro de la zona arqueológica son usadas por los locales como centro de reunión social, ya que para ellos la entrada es gratuita.

Me levanté temprano y logré ser uno de los primeros en entrar a las ruinas. Yo no me imaginaba que encontraría toda una ciudad tallada en piedra, con sus teatros, iglesias, templos, calles, etc. Me tomó todo el día recorrer las ruinas. Pude tomar unas fotos que espero que transmitan la experiencia que tuve aquel día.























Después de recorrer la ciudad, terminé exhausto por lo que no pude hacer nada más que comer y dormir esa tarde. Al día siguiente regresé a Israel, pero no calculé que era Sábado, el Shabbat de los judíos, por lo que me quedé varado en Eilat hasta que todo vuelve a trabajar el domingo. Llegué nuevamente a Jerusalén para dar un último recorrido y despedirme de mis queridos amigos. Tuve la sensación de que algún día regresaría a Tierra Santa, aunque no puedo saber bien la razón. De lo que estoy seguro es de que desde aquel viaje, nunca volví a ser el mismo.




Comentarios

  1. La quinta imagen me recuerda a la arquitectura griega, pero no porque tenga influencia griega ya que tengo entendido que los griegos tomaron elementos arquitectónicos de culturas de oriente como la hitita. Se dice que esas construcciones de Jordania no fueron hechas por los nabateos, más bien ellos solo las reutilizaron y, por lo tanto, esas ruinas son más antiguas que los griegos, así que siempre he querido saber con exactitud el verdadero origen de ese tipo de arquitectura.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Yo pensé lo mismo. La arquitectura era muy parecida a cosas que yo relacionaba con Grecia. Sobre todo la imagen que mencionas y posteriormente un teatro totalmente griego. Entiendo que , si bien Petra fue habitada desde hace muchísimo tiempo, los Nabateos sí fueron quienes le dieron su esplendor. Llegaron al lugar durante el s. 4 a.C. más o menos al mismo tiempo en que se construía la Acrópolis en Atenas. La influencia entre las dos culturas es notable.

      Eliminar

Publicar un comentario

Entradas populares