Viaje a Tierra Santa 3. Los barrios de la ciudad antigua


...Continúa de parte 2.


Entrar a la ciudad antigua de Jerusalén es lo más cerca que se puede vivir a un viaje en el tiempo. A lo largo de callejones de piedra que llevan quizás miles de años, se encuentran cristianos, judíos y musulmanes comprando y vendiendo desde las artesanías más tradicionales, hasta los cacharros de plástico más coloridos que China pudo fabricar. Todo es de llamar la atencion; los aromas, la ropa, los idiomas, las facciones de la gente. Cuando logro entender a un guía de turistas parece estar diciendo que cada rincón de la ciudad esconde una leyenda. 

Me senté en una suerte de café de árabes donde pedí un té. Necesitaba orientarme en la ciudad, ya que al estar callejoneando y no tener ningún punto alto desde el cual pudiera tener una visión panorámica, había perdido todo sentido de la orientación de no ser la posición del Sol. De cuando en cuando encontaba letreros que indicaban la dirección de alguna referencia pero nunca fue suficiente a pesar de que el Diccionario Jázaro me había enseñado a usar lunas, estrellas y cruces para orientarme.

Aunque parezca raro, en la época en que realicé mi viaje mucha gente aun no utilizaba celular con internet, y yo era de esas personas. Consulté el mapa de la ciudad que me había dado Roger mientras me bebía el té.

La ciudad vieja de Jerusalén está dividida en cuatro barrios desde tiempos antiguos: El barrio cristiano, el barrio judío, el barrio musulmán y el barrio armenio


Yo había entrado a la ciudad por la Puerta de Damasco, justo en la frontera entre el barrio musulmán y el cristiano. El café donde me encontraba estaba en el barrio musulmán. Ahora parecía obvio. 

Había planeado solamente pasear por la ciudad vieja en ese primer día sin visitar realmente ningún sitio en particular. Supe que había un edificio en el barrio judío desde donde se podía tener una vista fenomenal de la ciudad y me dispuse a encontrarlo.

Continué mi camino entre callejones, tratando de hacerme una imagen mental de la ciudad para aprender a orientarme sin la ayuda del mapa. Pude notar en seguida el cambio de barrios en cuanto se presentaba. 

Encontré el edificio que estaba buscando. Ahora no recuerdo exactamente de qué se trataba, pero era algún centro cultural relacionado a la historia del barrio judío. Tenía poco tiempo para subir y apreciar la vista, ya que debía encontrarme con Roger en la Puerta de Jaffa. De la cima del edificio pude tomar unas buenas fotos del Monte del Templo y el Muro de los Lamentos.




Continúa en Parte 4

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